martes, 1 de diciembre de 2009

Guía de un curso de teleformación (Tema 3, Act. 1)


La actividad del tema 3, dedicado a la formación de personas adultas, nos propone elaborar un esquema de los elementos a incluir en la guía de un curso de teleformación.

La actividad formativa que he elegido es un curso de inglés para adultos y es sobre esta idea inicial sobre la que he basado las decisiones relativas a qué elementos incorporar a la guía. Doy por sentado que existe un centro (escuela, academia, etc.) donde se llevarán a cabo las actividades presenciales.

Como consideraciones preliminares, conviene tener en cuenta que el público adulto es heterogéneo en cuanto a formación, experiencias anteriores en teleformación, facilidad en el manejo de la tecnología, etc. Sin embargo, también hay que considerar que el público que se acerca a un curso de inglés de teleformación es probablemente menos heterogéneo de lo que pensamos y seguramente dispone de unos conocimientos básicos que le permiten utilizar con más o menos soltura las herramientas que tiene a su disposición. Digamos que es probable que haya un proceso de autoselección previo a la inscripción en el curso que eliminará de antemano a aquellas personas que no tengan ningún conocimiento en tecnología. En todo caso, sería deseable que la guía del curso trazara un perfil del público al que se dirige y los requisitos mínimos que se esperan.

Por otro lado, los adultos buscan rentabilidad a corto plazo. Para satisfacer esta exigencia pueden diseñarse mecanismos que permitan a los alumnos hacer un seguimiento constante de su desempeño. Por ejemplo, podrían incorporarse evaluaciones frecuentes que proporcionen un feedback inmediato y positivo (del estilo de las actividades con Hot Potatoes) o tutorías presenciales del tipo de las que ya existen en el programa That's English!, con la diferencia de que en nuestro caso existiría además una tutoría técnica. La guía del curso debería incorporar una descripción de estos mecanismos.

No hay que olvidar que, como contrapartida a la exigencia de rentabilidad a corto plazo, el alumnado adulto demuestra un grado mayor de interés y dedicación. Aun así, es importante que su motivación no decaiga y sobre todo es necesario evitar que aparezca el sentimiento de frustración. La incorporación de sistemas de autoayuda, manuales, preguntas FAQ, etc., además de material complementario adecuado, puede ser, junto con las tutorías presenciales, un elemento de primer orden. En el mismo sentido, creo que es necesario dejar claras desde el principio las expectativas en relación con el curso: cuáles son los objetivos, cómo se van a conseguir, y cuánto tiempo mínimo tendrá que dedicar el alumno semanalmente para conseguir dichos objetivos. Cuanto más clara sea la información, menor será el desencanto.


Dicho esto, los apartados que yo incluiría en una guía del curso serían los siguientes:
  • El título del curso, que sea transparente y representativo.
  • Una descripción del alumnado al que va dirigido el curso o programa, con indicación de los requisitos mínimos en cuanto a formación previa en las TIC y los recursos informáticos básicos que serán imprescindibles para seguir el curso. ç
  • Unos objetivos realistas, tanto generales como de aprendizaje.
  • Unos contenidos coherentes con los objetivos, indicando conceptos, procedimientos y normas.
  • Una explicación de la metodología que se va a utilizar, de los diferentes tipos de actividades que se van a incluir y del entorno de trabajo online, teniendo en cuenta que el enfoque metodológico debe ajustarse a las características del público al que va dirigido el curso y debe ser por tanto lo más intuitivo posible.
  • Una descripción de los mecanismos de evaluación, tanto la que se va a desarrollar a través de la plataforma como la de tipo presencial. Es esencial no olvidar la evaluación que el alumno realizará del curso, con vistas a futuras revisiones de objetivos.
  • La temporalización, con indicación de las sesiones presenciales (incluyendo una sesión inicial de orientación), indicación del tiempo mínimo que dedicará cada alumno a la semana y mención de los diferentes estilos de aprendizaje.
  • Una descripción de las tutorías y ayuda técnica disponible, tanto presencial como telefónica o por correo electrónico, explicando también los mecanismos disponibles de interacción alumno-profesor y alumno-alumno.
  • Materiales y recursos adicionales: material impreso, bibliografía, programas disponibles a través de la biblioteca o aula multimedia del centro, enlaces a bases de datos, páginas web de interés, noticias, productos culturales, etc.

Me ha resultado útil para elaborar este esquema la Guía metodológica para el análisis de la calidad de la formación a distancia en Internet, disponible a través de este enlace: http://www.adeit.uv.es/mecaodl/



No hay comentarios:

Publicar un comentario