jueves, 10 de diciembre de 2009

CHAEA: Cuestionario Honey-Alonso de estilos de aprendizaje (Tema 2, Act. 3)

El objetivo del cuestionario CHAEA es ofrecer un diagnóstico de los estilos de aprendizaje de los alumnos universitarios. ¿Para qué? Para darle al propio alumno y a su profesor información relativa a sus preferencias a la hora de aprender. Esta información puede resultar muy útil para organizar el curso y tomar decisiones sobre, por ejemplo, los tipos de agrupaciones, el mejor método de presentar la información, los mecanismos de evaluación, etc.

Un autodiagnóstico del propio estilo de aprendizaje debería ser entonces representativo de cómo prefiero aprender. En mi caso, las respuestas al cuestionario han resultado en una preferencia muy alta por el estilo teórico y una preferencia alta por el pragmático.
Según la descripción de Honey y Munford, el estilo teórico se caracteriza por la integración de hechos y observaciones en teorías lógicas y coherentes, el gusto por analizar y sintetizar, y el establecimiento de principios y modelos. Este estilo también se ha ligado a los procesos de generalización y elaboración de hipótesis.
Por otro lado, el estilo pragmático implica una aplicación práctica de las ideas y el gusto por la experimentación.
Si bien la manera de enfocar el aprendizaje es en parte un producto de las experiencias anteriores (los estudios elegidos, la cultura del país, la tradición académica, etc.), también es cierto que las estrategias de aprendizaje son modificables. Y aunque aprendemos con más efectividad si se nos enseña según nuestros estilos preferidos, idealmente, según Honey, todo el mundo debería ser "capaz de experimentar, reflexionar, elaborar hipótesis y aplicar a partes iguales". Para Honey y Munford, el cuestionario no es más que un punto de partida para establecer un diagnóstico que debe ir seguido de un "tratamiento de mejora". Así, para que el estudiante desarrolle todos los estilos posibles hay que fomentar los que han dado como resultado una preferencia más baja.
Así, mis resultados muestran sólo una preferencia moderada por los estilos reflexivo y activo, que según lo dicho son los que debería fomentar. Ahora bien, si nos fijamos en la descripción de estos estilos veremos que, por una parte, el estilo activo implica entusiasmo por lo nuevo e involucrarse en los asuntos del grupo. El estilo reflexivo, por el contrario, supone considerar todas las alternativas posibles antes de realizar un movimiento y observar más que intervenir. Entonces, ante la aparente contradicción, ¿cuál de los dos estilos hay que fomentar? Supongo que la respuesta la dará en cada caso el contexto de aprendizaje. Y algo más: ¿conviene fomentar un estilo que sólo prefiero de forma moderada si se va a resentir la eficacia? Ahí queda eso para los más reflexivos...
El cuestionario:

5 comentarios:

  1. exelente analisis en mi caso encontre que tengo preferencias altas por el activo y el pracmatico y muy bajo en el refleccivo y teorico
    y con tus comentarios medoy cuenta que tengo que reforsasr esos estilos pero yo entiendo por eficacia que lo que realizes lo agas de manera que te sientas satisfecho en tu vida diaria
    TORA.

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  2. Hola Tora. Gracias por tu comentario. Efectivamente, parece que lo más eficaz ha de ser aplicar el estilo que uno prefiera. La cuestión es que para resolver determinados problemas que se nos presenten en el trabajo o en la vida diaria podría ser necesario movilizar competencias relaciondas con algún estilo que no hemos practicado lo suficiente, y entonces también sufriría la eficacia. Supongo que se trata de ser consciente de los estilos que menos utilizamos y tenerlos en cuenta para ir desarrollandolos todos de manera equilibrada.
    Saludos,
    Felipe

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  3. sabes k vallanse a la ptm

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  4. hola esta muy bonita la pagina

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  5. Hola, maravilloso enlace me gustaria saber mucho mas y leer sobre el tema me podrias poner las referencias que menciones en el texto? Gracias!

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